lunes, 4 de junio de 2012

12 años de Teatro Comunitario en Oberá


Foto de archivo: Diciembre 2000


La Murga del Monte es mucho más que teatro

Hay muchas fechas entre tantas que merecen ser recordadas, pero resalta a todas luces el trabajo de un grupo de vecinos, un heterogéneo grupo de vecinos, de una tranquila comunidad como lo es la obereña, en una tarea como la de construir un espacio para la reflexión, la creación y la puesta en escena como lo viene realizando hace 12 años la Murga del Monte.

Al pensar en un grupo heterogéneo es necesario destacar precisamente la diversidad de procedencias, hábitos, ocupaciones y la diferencia etaria que podemos encontrar: jubilados y niños; profesionales, empleados y estudiantes; músicos, artistas plásticos, cocineros, docentes, oficinistas, empleados, peluqueras y modistas… y seguramente se escapan otras tantas ocupaciones… pero todos ellos confluyen en un lugar y un tiempo, y –por supuesto- en un puñado de objetivos.

El teatro comunitario logra esa amalgama nada simple de llevar adelante, si tenemos en cuenta la complejidad de las relaciones humanas, para traducirla en obras de teatro de producción colectiva.

La indagación sobre los acontecimientos históricos que dieron forma a Oberá tuvo su especial corolario con “De Yerbal Viejo a Oberá” y la “Fiesta de la Cretona”. El proceso y la evolución de esta ciudad encontraron allí un reflejo que oscila entre lo trágico y lo cómico en hora y media de actuación sobre las tablas. Se identificaron situaciones que marcaron a fuego a la comunidad obereña desde sus inicios conquistando las miradas de los más grandecitos pero además, seduciendo a los más jóvenes con su relato. Ese intenso trabajo de estudio y reconstrucción histórica plasmó -por ejemplo- la fatídica represión de 1936 sobre los productores agrarios que varios años después obtuvo su espacio en la producción audiovisual “Quieta non moveré”.

Pero por otra parte, las escenas funestas se suelen mezclar con gestos de ironía que se conjugan con nuevas interpretaciones y representaciones de mitos y héroes de antaño, constituyéndose seguramente en los condimentos esenciales para captar el interés de un público con tendencia a ser flemático. La Murga del Monte con su primera obra reconstruyó lo relevante de la evolución de este terruño donde sobresale el cruce de razas, el trabajo de colonización, la relación de estos nuevos grupos foráneos con la selva y sus habitantes.

Con una tónica mucho más descontracturada y jocosa, en la “Fiesta de la Cretona” han sumergido a sus espectadores en un viaje en el tiempo donde la familia era el germen de la sociedad y la música y la danza de los años 40 eran “la actividad social”.

Sin dudas, una de las grandes obras que no escatimó en esfuerzo es “Misiones… magia y mboyeré”. Es que recrear exitosamente una obra del mismo William Shakespeare es todo un desafío que únicamente la unión puede lograr. Así, intentando hacer teatro clásico y del serio se despiertan muecas, risas y largas carcajadas que se prologan en la memoria de sus espectadores.

La fecunda dramaturgia del inglés se enlazó con los mitos y personajes de la selva paranaense y la cultura guaraní, pero fue respetando su rico contenido en lo que refiere a las facetas del corazón humano: el amor, los celos, la avaricia, la duda y la compasión son retratadas a la perfección en una ingeniosa escenografía y con personajes reales y ficticios cuyo maquillaje y vestuario son dignos de admiración.

Comentario aparte merecen las producciones especiales por la Fiesta Nacional del Inmigrante, “Los Cocineritos” y la odisea de Ralf Singer como pionero del transporte de pasajeros en la región.

Los cambios se fueron imponiendo, dando lugar a nuevas ideas: así el “Canal del Monte” y su antecesora, “Bailatetodo” dan cuenta fiel del ingenio popular y las intenciones de observar la realidad de manera crítica y al mismo tiempo divertida.

Sin mitos, sin tantos estudios de historia, el grupo de teatro comunitario emula un día en un canal de televisión. La música tiene nuevamente un rol fundamental, como también las luces y las actuaciones de ese puñado de vecinos reciben calurosos aplausos. El ojo crítico se vuelve a posar pero esta vez sobre la actualidad obereña: el dramático abastecimiento de agua potable; el marketing atento a la necesidad de la gente… las películas y las novelas… una obra que admite cambios, innovaciones, nuevas intervenciones y temas.

Dejando de lado las obras y las producciones del grupo de teatro, merece considerarse el trabajo institucional que desde allí se produce: la organización del grupo por sí mismo constituye un merito. Si a ello se agregan la instauración del grupo como ente organizado con estatutos y reglas instituidas, da cuenta de la seriedad con se toma la tarea. No es casual entonces, que este grupo de vecinos que se divierte haciendo teatro haya logrado adquirir un predio muy cercano al micro centro obereño, plasmando parte de un sueño que es tener una sede propia y se proyecte al futuro en el anhelo de construir un edificio específicamente diseñado para los fines del teatro.

En 12 años la Murga del Monte supo instaurar su nombre en la región, trabajar en obras de producción colectiva, divertir al público, inducir a la reflexión, a la memoria y, seguramente, lo más importante: unir a los vecinos en cooperación y sentido solidario, para vencer la pasividad, la apatía, el todavía traumático “no te metas” en una causa que tiene sus ribetes artísticos pero que parte de la identidad y la memoria.

El grupo además puede ser una excusa para canalizar los más secretos talentos de las personas más disímiles entre si… vecinos a secas… donde seguramente hay dolores de cabeza, hay responsabilidad y necesidad de más brazos y mentes responsables y respetuosas, pero con seguridad es donde se encuentran amigos, un lugar en el cual se aprende, se ensaya, se canta y se baila; un sitio donde se comparte, se crece como persona, como ciudadano, como padres, como hijos o como hermanos.

Con 12 años podemos decir que la Murga del Monte es muy joven, que está todavía en la infancia, pero una mirada en retrospectiva y un somero repaso de las actividades que más trascendieron, con certeza transborda un gran contenido: no importa cuánto hayas vivido, sino cuánto has hecho en ese tiempo. Son 12 años vividos intensamente… felicidades Murga del Monte y que cumplan muchos más!!







Con cariño (cariño grande y sincero)

Fabi

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